Departamento de Cultura y Política Lingüística

Dantzan Bilaka - 2016

IMPULSO COREOGRÁFICO
Isabel de Naverán

"Es un fenómeno curioso, y aún poco teorizado, el hecho de que la danza, durante la pasada década, se haya convertido en una referencia crucial a la hora de pensar, hacer y comisariar las artes visuales."
André Lepecki, 2012

Los procesos coreográficos reflejan, a veces de manera metafórica y otras de forma concreta y encarnada, muchas de las cuestiones que han interesado al pensamiento crítico desde la década de los 60 o incluso antes.

No es casualidad que vivamos ahora un momento de eclosión en lo que respecta al interés por integrar la danza en los espacios de las artes visuales y de las humanidades. Lo cierto es que la danza ha podido ser esa disciplina que, priorizando la experiencia vivida y la transmisión corporal, ha puesto en evidencia las limitaciones del conocimiento científico.

En el texto La danza como práctica de la contemporaneidad, André Lepecki (2012) nos propone reflexionar sobre cinco aspectos que considera inherentes a la danza, lo que él llama sus “cualidades constitutivas”: lo efímero, la corporalidad, la precariedad, la coreografía, la performatividad.

Según Lepecki, lo efímero remite al hecho de que la danza no deja rastro tras de sí, se percibe mientras se realiza, se actualiza constantemente en su duración, lo cual permite pensar en “formas de economía alternativa” aún por explorar.

La tarea central del bailarín es la de encarnar, desencarnar y reencarnar los cuerpos de otros, a través del aprendizaje de técnicas y de la transmisión por la copia y el ensayo, refigurando, él apunta, la propia corporalidad y creando a su vez “subjetividades improbables”.

En tercer lugar está la precariedad del coreógrafo, que juega de algún modo el papel de “trabajador subalterno dentro del sistema del arte”, y que, consciente o inconscientemente, “subraya la actual e implacable precarización de la vida”. Quien se dedica a la danza sabe que su cuerpo es su fuerza de trabajo, que el trabajo consiste en parte en mantenerlo activo, receptivo, consciente, en hacer de él su mejor herramienta, afectando a otras esferas de la vida.

La relación de la danza con la partitura coreográfica es la cualidad que hace referencia a la disciplina a la que el cuerpo es sometido, que puede leerse tanto como liberación de la expresión, como elevación del espíritu, pero también como adoctrinamiento (por ejemplo en los casos de las sociedades totalitarias en las que la danza es utilizada como herramienta de propaganda). Por tanto toda partitura se relaciona con una técnica que de un modo u otro es también una ideología, una posición ante el mundo.

Por último Lepecki apunta a la cualidad de la performatividad de la danza, porque ésta “siempre establece un contrato, o una promesa, entre su planificación coreográfica y su actualización en movimiento” poniendo en evidencia los acuerdos establecidos entre ideas, propuestas y hechos, pero también entre personas. Se puede decir que la danza establece relaciones entre grupos de personas, y no se trata de imágenes metafóricas, sino de gestos tangibles, de potenciales sistemas de relación social.

Si expongo estos cinco aspectos considerados como cualidades constitutivas de la danza, esto es, lo que hace a la danza ser danza, es porque cada uno de los procesos coreográficos que forman parte de Dantzan Bilaka puede leerse bajo el prisma de uno o todos ellos. En cada una de las creaciones que se desarrollan están presentes estas cualidades, ya sea por su contenido o por su forma, sea durante las presentaciones públicas o durante los meses de creación creación.

Dantzan Bilaka es un programa que acompaña tales procesos y que aspira a su mejor desarrollo a través de un diálogo continuado con quienes participan.

Como procesos que son, cada propuesta es compleja y diversa, es una experimentación y, como tal, una reflexión que se despliega en el tiempo y en el espacio. Las cinco cualidades mencionadas podrían servir de guía para observar cómo tales experimentaciones nutren, de manera crítica, un lenguaje en constante desarrollo.

Junto a Blanca Arrieta e Igor de Quadra, equipo coordinador del programa en 2016, lo que esperamos es que durante las presentaciones públicas se aprecie el trabajo realizado a lo largo de varios meses, en distintos lugares y con distintas intensidades.

El objetivo es que cada proceso se desarrolle de manera coherente, cuidando la diversidad de lenguajes y formas que consideramos crucial para el desarrollo de la danza, si entendemos la danza como ese impulso que de manera expandida dialoga con el arte, el pensamiento, la filosofía y la espera pública y social.