Departamento de Cultura y Política Lingüística

Dantzan Bilaka - 2015

SIETE CONSEJOS BÁSICOS PARA DISFRUTAR DE LO QUE ESTÁ PASANDO
Jaime Conde-Salazar

Jaime Conde-Salazar Pérez es licenciado en Historia del Arte (Universidad Complutense de Madrid) y MA in Performance Studies (New York University). Ha colaborado como crítico de danza en diversas publicaciones y ahora escribe libremente en el blog www.continuumlivearts.com. Suele acompañar procesos de creación haciendo labores de dramaturgista y siempre que tiene la calma suficiente, escribe sobre cualquier fenómeno que produzca algún tipo de experiencia carnal. Dejándose llevar únicamente por la excitación y el entusiasmo colabora regularmente con distintas organizaciones entre las que cabe destacar el Aula de las Artes (U. Carlos III) y Graner/Mercat de les Flors. Además es miembro orgulloso de la comunidad de artistas vinculada al Teatro Pradillo (Madrid).

Habitualmente, este espacio se dedica a textos generales que tratan cuestiones que tienen que ver con la danza y que sirven de marco a la edición correspondiente de Dantzan Bilaka. En esta ocasión, sin embargo, este texto está escrito específicamente para ti. En este preciso momento, estás leyendo esto: eso quiere decir que Danzan Bilaka te interesa de alguna manera. Quizás tu amante favorito va a presentar un trabajo y no te lo quieres perder; puede que seas un técnico de cultura de alguna administración y sea tu deber hacer esto; puede que tu hija vaya a bailar; puede que no te interese nada la danza…pero el caso es que no sabes cómo pero este folleto ha llegado a tus manos y lo estás leyendo; puede que seas un comisario emergente que sabe que, hoy en día, estando las artes visuales en el estado en que están, en la danza se pueden encontrar cosas mucho más interesantes; puede simplemente que seas una aficionada apasionada y fiel y antes muerta que perderte Dantzan Bilaka… Las posibilidades son infinitas, el caso es que ahora estás aquí, leyendo este texto que, de una forma curiosa, está escrito para ti. Sabemos que, en este preciso momento, tus ojos están pasando justo por encima de esta línea y que esta curiosa relación que se establece entre tu cuerpo y el texto escrito, te pone en un estado especialmente propicio para hacer que fluya la información. Así que aprovechando tu interés por Dantzan Bilaka y nuestro deseo profundo de proporcionarte algún tipo de placer, te vamos a ofrecer siete consejos que pueden hacerte disfrutar de lo que se incluye en este programa. Dar consejos cuando nadie nos los ha pedido es un gesto muy feo a no ser que se trate de ese tipo de consejos que quizás no llegan en el mejor momento pero que, de alguna extraña manera, siempre son pertinentes, eso que llamamos “consejos de amiga”.

  1. Después, vete al campo. La danza, al igual que las demás artes, pertenece al mundo. Por mucho que se presente aislada y protegida en museos y teatros, solo tiene sentido en relación con lo de fuera. Por eso es importante no perder la noción de exterior. Inspírate en las palabras del sabio Ernst Jünger: por cada vez que vayas a ver danza, sal otras cien al campo, a la calle o a la playa. Así, podrás devolver al mundo de una forma muy simple parte de la experiencia que has recibido y, de paso, dejar que el aire libre ponga a punto tu cuerpo para la próxima vez que decidas meterte en un teatro.
  2. No te asustes si no parece danza. Hace tiempo que la danza emprendió un viaje sin retorno que la ha liberado de los límites disciplinares establecidos. Esto ha hecho que, hoy en día, la danza pueda tener formas muy distintas: puede ser un vídeo, un espectáculo en vivo, una comida, un libro, una charla, una tarde en la playa… Date permiso para recibir las cosas tal y como suceden, más allá de tus expectativas y más allá de lo que conoces. Las artistas no paran de buscar y desarrollar posibilidades de realidad y, a menudo, esas posibilidades, fuerzan los límites de lo que habíamos imaginado hasta entonces. Aprovecha las obras para probar otras formas de entender y de participar en la realidad.
  3. Tú eres lo que falta. Una obra no está acabada hasta que no estás tú. De muchas maneras, las artistas trabajan contando contigo, con tu presencia. Solo cuando tú llegues, la obra estará completa. Tu mirada, tu cuerpo, tu capacidad de percibir, entender e imaginar son parte de la propuesta. Disfruta de lo que se te ofrece pero también hazte cargo de tu responsabilidad en la obra. No esperes a que te lo den todo hecho: que la obra tenga sentido depende no solo del trabajo de la artista sino también de la labor que tú hagas como espectadora.
  4. Tu cuerpo está en juego. Sabes todo lo que tienes que saber para enfrentarte y participar en esa obra que has elegido ver. Sean cual sean tus referencias o conocimientos, no te falta nada, no necesitas saber más de lo que ya sabes para enfrentarte a una propuesta. No solo eres ojos e intelecto: tu piel, tu nariz, tus órganos, tu memoria, tus oídos, etc. son canales por los que llega mucha información valiosa. Utiliza todo tu cuerpo para entender lo que sucede ante ti. En una obra de danza, puede ser tan significativo un concepto filosófico muy sofisticado como un olor o una temperatura.
  5. Se está produciendo conocimiento. Te vas a enfrentar a lo que desconoces. La creación artística en general y la danza en particular, existen como una forma de poner en cuestión lo que somos capaces de entender. En ocasiones se habla incluso de investigación de una manera parecida a como se haría al hablar de las labores que se desarrollan en un laboratorio científico. No es que la danza aspire a crear un sistema de certezas autorizadas por sí mismas como hace la Ciencia. La danza habita más bien en la incertidumbre, en este sentido, suele aparecer más como una invitación a asomarse a lo que se escapa a nuestras capacidades de conocer que como una afirmación de lo sabido. Aprovecha la situación para dialogar con libertad, con ideas, imágenes o sensaciones que emerjan a lo largo de las presentaciones aunque quizás no te resulten familiares. Así, estarás produciendo conocimiento y, sobre todo, estarás asomándote al futuro.
  6. Echa mano de tus referencias y no tengas miedo de ser literal. En la vida cotidiana, manejamos infinidad de referencias culturales, sociales y también artísticas. Inevitablemente, nuestra consciencia no para de hacer asociaciones, desplazamientos y superposiciones y mucho más cuando estamos concentradas siendo parte de un hecho artístico. A veces, cuando estamos en el teatro, nos acordamos, por ejemplo, de que tenemos que comprar ajos. Parecería que este tipo de pensamientos interrumpen la experiencia artística y solemos tender a reprimirlos. Pero no es así como funcionan las cosas: esos ajos que faltan en tu cocina, aunque parezca que no tienen nada que ver, han llegado como respuesta a lo que estás viviendo. Deja que tus referencias y pensamientos fluyan libremente y acéptalos sin juicio, como una expresión literal de aquello que está sucediendo.
  7. La playa. La próxima vez que vayas a la playa, tómate un tiempo para contemplar el paisaje. Observa cómo se comporta la luz; cómo la densidad del aire matiza lo que ves y lo que hueles; cómo el espacio se despliega como una dimensión táctil pegada a tu piel; cómo la proximidad del cuerpo del amigo que te ha llevado hasta ese lugar modula extrañamente lo que eres capaz de escuchar; etc… La danza, como las demás artes, recrean sensaciones de estar vivas en el mundo y por eso, este ratito con el culo en la arena, esos baños en el mar y ese sol, seguramente están dándote mucha más información sobre la danza que todo lo que somos capaces de decir o escribir sobre ella. Por eso, aprovecha siempre la generosidad de ese amigo que se ofrece a llevarte a la playa: no sólo pasarás un rato buenísimo sino que además estarás expandiendo los límites de eso que llamamos danza.